Un empate con sabor a gloria en el Molinón
El Sporting tuvo un enfrentamiento complicado contra el Amorebieta en el estadio Molinón. Este partido dejó a ambos equipos con la sensación de haberse quedado con hambre de victoria. Sin embargo, el guardameta internacional sub-21, Pablo Campos, fue la pesadilla del Sporting, evitando que sus ocasiones se convirtieran en goles.
Durante la primera mitad, el equipo asturiano dominó el juego y generó oportunidades de gol. Otero y Cote tuvieron la oportunidad de abrir el marcador, pero sus disparos no encontraron el camino hacia la red. El primer tiempo terminó sin goles y el Sporting necesitaba dar un paso adelante.
El segundo tiempo trajo consigo un cambio de ritmo. Guille Rosas, recién ingresado al terreno de juego, asistió a Gaspar Campos, quien marcó el primer gol del partido con un toque sutil. Sin embargo, la alegría duró poco, ya que minutos después, el portero Yáñez cometió un error y permitió que el remate de Gayá pasara entre sus piernas, igualando el marcador.
En los minutos finales, el Sporting arriesgó con sus cambios y buscó desesperadamente la victoria. Sin embargo, el guardameta del Amorebieta, Pablo Campos, se convirtió en el héroe del partido al realizar dos paradas impresionantes a Gaspar y Rivera, negándoles el gol del triunfo.
Finalmente, el partido terminó en empate. Aunque el Sporting sigue invicto en casa, este resultado podría marcar un punto de inflexión para el Amorebieta, ya que sumar en uno de los campos más difíciles de la temporada es un logro significativo.
En conclusión, este enfrentamiento dejó claro que incluso cuando un equipo domina el juego, un guardameta inspirado puede cambiar el rumbo del partido. Pablo Campos demostró su valía al salvar a su equipo en momentos clave. El empate deja a ambos equipos con la sensación de que podrían haber logrado más, pero también resalta la importancia de tener un portero confiable en el equipo.