Paolo Banchero: de la Azzurra a las barras y estrellas
En el partido de cuartos de final del Mundial de baloncesto entre Estados Unidos e Italia, el ala-pívot Paolo Banchero ayudó a la selección estadounidense a asegurar su victoria con ocho puntos, cinco rebotes y dos asistencias. Esta actuación dejó en claro que Banchero podría haber estado jugando para el equipo italiano, ya que mostró su entusiasmo por representar a Europa.
Banchero, nacido en Seattle hace 20 años, recibió la nacionalidad italiana en 2020, ya que su padre es de ascendencia italiana. Estuvo cerca de unirse al equipo italiano en los Juegos Olímpicos de Tokio y fue convocado para el Eurobasket, aunque finalmente no participó. Sin embargo, cuando Banchero fue seleccionado como número uno en el draft de la NBA por los Orlando Magic y llegó a la liga procedente de la Universidad de Duke, posó con la camiseta de su nuevo equipo y abrazado a la bandera italiana.
Sin embargo, todo cambió cuando Banchero decidió unirse al equipo nacional de Estados Unidos para el Mundial de baloncesto. Esta decisión provocó la ira de la afición italiana y fue considerada como una traición por parte del presidente de la federación italiana, quien lamentó que Banchero no los informara directamente y arruinara una estrategia comercial que tenían planeada en torno a él.
A pesar de esto, Banchero declaró hace unos años que jugar para Italia era un orgullo para él debido a sus raíces familiares italianas. Sin embargo, su deseo de representar a Estados Unidos cambió una vez que se le presentó la oportunidad. El ala-pívot debutó con el equipo estadounidense en la preparación para el torneo, dejando atrás cualquier conexión con Italia.
Con 2,08 metros de altura, Banchero fue reclutado al final de última hora para unirse al equipo estadounidense en el Mundial. A pesar de su pasado flirteo con Italia, Banchero se convirtió en el jugador más joven en formar parte del equipo y en el Novato del Año en la NBA. Su mensaje para la afición italiana antes del partido de cuartos de final fue claro y conciso: «No».
Fuentes:
– EL PAÍS Deportes [sin URL]