Piastri amplía su ventaja en el campeonato tras el abandono forzado de Norris en el GP de Holanda

Para un fin de semana que comenzó con tantas esperanzas de nuevos comienzos y un impulso por el título, el Gran Premio de Holanda no pudo haber tenido un resultado más amargo para algunos. Mientras Oscar Piastri lograba una victoria dominante, su compañero de equipo y rival por el campeonato, Lando Norris, quedaba con la cabeza gacha, desconsolado y solo entre las dunas ventosas junto al Mar del Norte. De manera similar, el siete veces campeón Lewis Hamilton se vio obligado a regresar al paddock a pie, con su Ferrari destrozado a un lado de la pista tras un error no forzado y enormemente inusual para él.
Un día de contrastes en Zandvoort
El evento en Zandvoort fue un claro ejemplo de lo cruel que puede ser el deporte. La actuación de Piastri fue tan admirable y segura como cualquiera que haya ofrecido anteriormente. El australiano de 24 años se mostró imperturbable, como de costumbre, para conseguir una victoria impecable de punta a punta. De hecho, su triunfo nunca pareció estar en duda desde el momento en que mantuvo el liderato en la primera curva, incluso superando un breve período de lluvia ligera y tres reinicios con el auto de seguridad.
Sin embargo, a sus espaldas, el destino le tenía preparada la peor de las suertes a Norris. El piloto británico había llegado al fin de semana motivado para la recta final del campeonato, con solo nueve puntos de diferencia entre ambos. Él mismo había señalado que las cosas se estaban poniendo serias y que, con nueve carreras restantes después de Zandvoort, cada punto sería crucial. Perder algunos puntos podría considerarse un contratiempo, pero un abandono (DNF) mientras su compañero ganaba era, sin duda, la peor de sus pesadillas.
La desgracia de Norris y la causa del fallo
Lo peor fue la forma en que se le negó la oportunidad. En la era turbo-híbrida, los autos se han vuelto casi infalibles en cuanto a fiabilidad, y los días en que un motor explotaba parecen haber quedado atrás. No obstante, mientras Norris presionaba a Piastri por el segundo lugar a solo siete vueltas del final, lo impensable se convirtió en una cruda realidad. Su cabina se llenó de humo que salía del auto, producto de una fuga de aceite que finalmente lo obligó a detenerse. Norris se orilló, salió del monoplaza y se sentó abatido en las dunas, con el casco puesto y la cabeza inclinada, viendo cómo sus esperanzas se desmoronaban sin que fuera su culpa.
Más tarde, el equipo McLaren asumió toda la responsabilidad. Aunque inicialmente el director del equipo, Andrea Stella, se mostró cauto, la escudería confirmó que el problema se originó en su chasis y no en el motor Mercedes. “Hemos identificado un problema por parte del chasis y realizaremos una revisión completa antes de volver a competir en Monza”, declaró Stella. “Este es el primer problema técnico para el equipo después de una larga racha de fiabilidad impecable”. Este diagnóstico ofrece un pequeño consuelo para Norris: si el motor se apagó debido a un fallo externo, hay una mayor probabilidad de que no haya sufrido daños, lo que reduce la posibilidad de necesitar nuevos componentes en su unidad de potencia.
El inusual error de Hamilton
Hamilton tiene igualmente poco tiempo para recuperarse de lo que se suponía sería su nuevo comienzo tras las vacaciones de verano, después de una difícil primera mitad de temporada en su debut con Ferrari. La semana pasada, afirmó que estaba decidido a volver a divertirse pilotando y que se sentía positivo y motivado.
Sus esperanzas quedaron hechas añicos en una lluvia de fibra de carbono cuando la parte delantera de su Ferrari se desintegró al impactar contra las barreras. En la vuelta 21, con una ligera llovizna que se intensificaba, Hamilton fue sorprendido. En la curva tres, se fue largo hacia una parte de la pista más allá de la línea blanca, donde la pintura de las marcas sobre el asfalto mojado se convirtió en una superficie resbaladiza. Perdió la parte trasera del auto y se deslizó inevitablemente hacia el muro. “Lo siento mucho, chicos”, dijo por la radio, claramente abatido, mientras caminaba de regreso al paddock.
Ecos del pasado y reflexiones sobre el campeonato
El fallo de Norris fue rápidamente comparado con la rotura de motor que sufrió Lewis Hamilton en el GP de Malasia de 2016 mientras lideraba la carrera. Ganar esa competencia lo habría colocado como líder del campeonato en su larga persecución a su compañero de equipo en Mercedes, Nico Rosberg. En cambio, se fue de Sepang 23 puntos por detrás y no pudo recuperar esa diferencia.
El director del equipo Mercedes, Toto Wolff, admitió que ese momento todavía le pesa. “Es súper difícil, porque le estás fallando a un piloto”, comentó Wolff. “Lewis estaba haciendo su trabajo, liderando la carrera, y nosotros le rompimos un motor. Fue duro para él y para nuestra relación”.
Ahora, con una ventaja de 34 puntos para Piastri, la situación es complicada para Norris, quien lo admitió tras la carrera. “Tengo un buen compañero de equipo. Es fuerte, es rápido en cada situación. Es difícil recuperar terreno contra alguien que es bueno en casi todo”, dijo. “Pero lo de hoy es diferente. Es mala suerte, no es mi culpa, y a veces así son las carreras. Ciertamente no ha ayudado. Solo lo ha hecho más difícil para mí y me ha puesto bajo más presión”.